Siempre surge una expresión popular entre los brasileños cuando se habla de su país: "Brasil es uno y muchos al mismo tiempo".
En Brasil parece que todo es grande. Con una superficie de 8.5 millones de kilómetros cuadrados, es el quinto país más extenso del mundo y el sexto en número de habitantes. Sus habitantes, culturalmente diversos, representan algo más de un tercio de la población total de América Latina.
Por ello, los retos en la prestación de servicios como la educación, la ciencia y la sanidad son también grandes. Cuando el World Mosquito Program llegó al país con un programa piloto para aplicar el método Wolbachia y ayudar en la lucha contra las enfermedades transmitidas por los mosquitos, estos retos se vieron como una oportunidad de adaptación.
Empoderamiento de los equipos locales
Durante estos primeros lanzamientos, todo el proyecto fue implementado directamente por el personal del WMP. Pero cuando el Ministerio de Sanidad solicitó la ampliación del método Wolbachia a Campo Grande, Petrolina y Belo Horizonte, una amplia zona geográfica con una enorme población, fue necesaria una nueva forma de trabajar.
"Este [nuevo] modelo se basa en la transferencia de conocimientos, la formación y el seguimiento", explica Diogo Chalegre, que forma parte del equipo de operaciones del World Mosquito Program en Brasil. "Nuestro enfoque es descentralizar las actividades para poder crecer de forma organizada y controlada, de la mano de la comunidad, los voluntarios y los socios en cada una de las ciudades donde estamos".
Con el nuevo modelo se busca potenciar y fortalecer a la propia comunidad. "Estamos empoderando a los equipos locales de salud, educación y líderes sociales, ya que ellos promueven nuestro método Wolbachia, realizan liberaciones de mosquitos e incluso monitorean el establecimiento de Aedes aegypti con Wolbachia en el territorio."
El poder de arranque del conocimiento
Este nuevo e innovador modelo se basa en el apoyo a las comunidades para que apliquen ellas mismas el método Wolbachia. Según su especialidad laboral (académica o de salud pública), los voluntarios reciben formación para trabajar directamente con la comunidad, ya sea en las escuelas o en los centros de salud de los territorios. Las Unidades Educativas incluyen agentes de salud, profesores y coordinadores escolares que están formados para proporcionar a los miembros de la comunidad las habilidades, los conocimientos y la confianza que necesitan para poner en práctica nuestro método.
Para apoyar a los voluntarios educativos, el World Mosquito Program creó el programa "Wolbito en la escuela". El programa consiste en realizar un breve experimento científico en las escuelas, bajo la dirección de un profesor previamente formado por el World Mosquito Program. El objetivo es enseñar conceptos científicos de forma práctica e interdisciplinar, ayudar a explicar cómo los virus son transmitidos por el Aedes aegypti y mostrar cómo el método Wolbachia es una herramienta para combatir las enfermedades transmitidas por los mosquitos.
El proyecto "Wolbito en la escuela" también pretende sensibilizar a los estudiantes de las zonas en las que opera el World Mosquito Program sobre los problemas socioambientales y las acciones de prevención que se llevan a cabo en los barrios en los que viven. El experimento permite a los estudiantes seguir, en la misma aula, las fases de desarrollo de los mosquitos Aedes aegypti portadores de Wolbachia, desde el huevo hasta la fase adulta.
Taise Salgado, profesora de Ciencias en Río de Janeiro, fue una de las profesoras que incluyó el "Wolbito en la escuela" del World Mosquito Program en el plan de estudios.
"Mi clase estaba formada por alumnos con retraso escolar, es decir, aquellos que en algún momento ya habían tenido fallas en la educación regular. Uno de los pilares de trabajo con esta clase era el rescate de la autoestima, y el World Mosquito Program nos dio la oportunidad de trabajar en ello", explicó la profesora Salgado.
"Con cada nuevo descubrimiento, mis alumnos se dieron cuenta de su capacidad y se sintieron cada vez más seguros para transmitir este conocimiento a otras clases y a las comunidades donde vivían. Se convirtieron en grandes aliados en los proyectos de lucha contra los arbovirus".
Para Leonardo Viana, profesor de historia en Belo Horizonte, este nuevo método para prevenir las enfermedades transmitidas por los mosquitos fue un verdadero descubrimiento.
"Yo coordinaba el Programa de Salud Escolar en Belo Horizonte cuando nos invitaron a conocer el método Wolbachia. Desde el primer momento, me gustó cómo el World Mosquito Program compartía todos los conocimientos científicos de forma muy directa. También comprendí que la implementación en Brasil sería un trabajo de gran magnitud, y por ello exigiría el compromiso de la comunidad".
El profesor Viana es muy optimista sobre la participación del pueblo brasileño. "Va más allá de la reducción de los casos de dengue, que es importante, por supuesto. La experiencia de involucrarse con la ciencia en su vida cotidiana puede despertar el deseo y la curiosidad por nuevos conocimientos y el autocuidado preventivo de la salud."