El dengue ha sido una sombra en la vida de Matheo Seleone desde que tiene memoria. Nueva Caledonia siempre ha tenido brotes. Pero su primer recuerdo de su verdadera devastación se remonta a 1987.
Matheo recuerda el modesto jardín que cuidaba su vecino, con plantas de taro que crecían donde se acumulaban las aguas residuales. Un día el hombre empezó a enfermar con los síntomas del dengue.
"Siempre estaba en su jardín... Sé que murió a causa del dengue", recuerda Matheo.
Los síntomas habituales del dengue son fiebre, sarpullido, náuseas y dolores, que pueden durar hasta una semana. Pero algunas personas -como el vecino de Matheo- pueden desarrollar complicaciones que pueden provocar hemorragias internas, shock e incluso la muerte.
"Por la experiencia que viví, no quiero volver a contraer este virus"
El fallecimiento del vecino de Matheo fue su primera experiencia con el dengue, pero no fue la última. Él mismo acabó contrayendo el virus.
"Me sentía extraño, muy débil. No tenía sentido del gusto. También beber agua era extraño, no podía respirar... No tuve hambre durante dos semanas, perdí el apetito, me sentía mal del cuerpo", dice.
Un día después de empezar a sentirse mal, Matheo fue a trabajar. Fue allí donde sus síntomas pusieron en peligro su vida.
El accidente de Matheo nos recuerda que el dengue afecta a todos los aspectos de la vida de una persona, desde su salud y bienestar hasta su capacidad para trabajar y ganarse la vida. Las repercusiones van mucho más allá de la persona enferma: los que la cuidan también se enfrentan a trastornos. Tras recuperarse de su enfermedad y de la caída, Matheo estaba decidido a evitar el dengue y a apoyar a su comunidad para que hiciera lo mismo.
"Después de recuperarme del dengue me prometí a mí mismo no volver a contraerlo. Algunas personas mueren porque quizá no les hemos advertido o informado lo suficiente. Algunos no son conscientes del peligro y siguen haciendo lo que tienen que hacer, ignorando que están expuestos al virus".
Bienvenida a Wolbachia: una solución al dengue llega a Nueva Caledonia
Hace unos años, Matheo escuchó a la gente de su comunidad hablar del método Wolbachia del World Mosquito Program, una solución segura y natural para hacer frente a la propagación del dengue y otras enfermedades transmitidas por los mosquitos.
"Creo que recuerdo haber oído hablar del proyecto en la televisión. Me explicaron el proyecto, que iban a liberar unos mosquitos que se reproducirían con los demás mosquitos... Esperaba que este método pudiera ayudarnos a erradicar las enfermedades transmitidas por los mosquitos", dice.
Los mosquitos portadores de Wolbachia, una bacteria que se encuentra en el 50% de los insectos, no pueden cultivar fácilmente virus dentro de su cuerpo. Esto reduce en gran medida su capacidad de propagar las enfermedades transmitidas por los mosquitos entre los seres humanos. A medida que la Wolbachia se transmite a la descendencia del mosquito, los mosquitos con Wolbachia se convierten gradualmente en el mosquito dominante en una comunidad. Esto significa que las epidemias de dengue se convierten en algo del pasado.
Tras saber que había una forma sencilla de proteger a su comunidad de la amenaza del dengue, Matheo se ofreció inmediatamente a ayudar al World Mosquito Program a vigilar la propagación de los mosquitos con Wolbachia mediante una trampa para mosquitos.
"No participé en la suelta de mosquitos, pero vi la suelta oficial en la televisión. Acepté acoger una trampa para mosquitos en mi casa porque quería ayudar al programa, dar mi pequeña contribución para ayudar al WMP a trabajar más rápido y lograr su objetivo más rápidamente", dice.
El futuro sin dengue de Nueva Caledonia
El World Mosquito Program comenzó a liberar mosquitos con Wolbachia en Numea en 2019. Dos años después, la ciudad no ha tenido brotes, y recientemente se ha expandido a las ciudades vecinas de Mt Dore y Dumbea. Y hay planes para llevar el método a todo el Nueva Caledonia.
La comunidad de Matheo es ahora la más segura contra el dengue que jamás haya existido, pero quiere que la solución se extienda aún más.
"Estoy muy satisfecho con el método Wolbachia, si cada uno de nosotros invierte un poco en el programa, entonces podríamos dejar de utilizar otros métodos de propagación peligrosos. Soy pequeño, sólo soy uno, pero creo que he contribuido de forma importante a ayudar a los científicos que trabajan en el proyecto... Si hay una lucha colectiva en el país para superar esto, estoy dispuesto a mover todo mi barrio para concienciar, prevenir e informar a la población para luchar contra la enfermedad del dengue."