El viaje esperanzador de Wesley hacia un futuro más saludable | World Mosquito Program Skip to main content

Todos los días a las 6 a. m., Wesley Oliveira se despide de su esposa y sus seis perros para ir a trabajar a Río de Janeiro. Es un viaje de 2 horas por una ruta peligrosa; los robos, asaltos, accidentes y atascos son frecuentes. ¿Por qué lo hace? Porque cree que está contribuyendo a un mundo más saludable para la próxima generación. 

WMP staff member Wesly, at a school education program

Wesley ha sido miembro del equipo de Participación Comunitaria de World Mosquito Program en Brasil durante dos años, y es responsable de llevar a cabo actividades de divulgación educativa y científica en escuelas, unidades de salud, asociaciones de residentes y otros espacios públicos en Río de Janeiro y Niterói.

Wesley cree que la participación de la comunidad es un elemento esencial del trabajo de World Mosquito Program, para garantizar que el programa tenga aceptación y apoyo público para liberar mosquitos y reducir la propagación de enfermedades transmitidas por mosquito. Para él, participar no se trata de convencer a la comunidad. 

"Se trata de trabajar en conjunto para mejorar la salud en ese barrio, en la ciudad", dice él. 

En los últimos tres años, desde que comenzó la expansión a gran escala en los municipios de Río y Niterói, el equipo de participación comunitaria en Brasil ha llevado a cabo más de 1600 actividades comunitarias que involucran directamente a más de 200 000 personas. 

Al final de las actividades, los niños pueden visitar las instalaciones de World Mosquito Program en Río de Janeiro y conocer todo el proceso de crianza de mosquitos con la bacteria Wolbachia segura y natural. Durante una de esas visitas Wesley tuvo una experiencia sorprendente. Una niña de Maré, una favela de unos 130 000 habitantes ubicada al lado del criadero de insectos de World Mosquito Program, visitó las instalaciones y le dijo: 

“Muchas gracias. Ahora sé que algún día puedo trabajar aquí. Puedo ser científica”. 

Ese día, con orgullo y una sensación de logro, Wesley condujo a casa, atrapado en un embotellamiento durante tres horas. Pero no tenía prisa. Sabía que ese día había valido la pena.

La zona de funcionamiento de World Mosquito Program en estas ciudades brasileñas abarca casi un millón y medio de habitantes. Wesley y sus compañeros de equipo visitaron la mayoría de las escuelas públicas en esta zona. Alrededor de 300 escuelas. El equipo capacitó a los profesores, interactuó con los estudiantes e hizo divulgación científica a través del método Wolbachia. Es muy importante para Wesley pensar que está ayudando a la población promoviendo la salud y llevando la ciencia a donde normalmente no llegaría. 

“Y cuando lo pienso en relación con territorios más vulnerables, como las favelas, entiendo que aquí es donde tengo que estar, y es por eso que vale la pena despertarse todos los días”. 

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