La frontera sur – enfrentando al dengue en el sur de Vietnam | World Mosquito Program Skip to main content
Shadows

Veinte millas río arriba

Viniendo del agitado bullicio de la ciudad Ho Chi Minh City, a través de las polvorientas periferias industriales de la metrópolis en expansión, la ciudad de Thu Dau Mot es sorprendentemente prolija.  Bordeando el río Saigón, algo más de una hora en auto desde el corazón de la ciudad, el floreciente distrito comercial sigue conectado a la ciudad pero sin tanto caos y desorden.

Está bien organizada. Las calles son un poco más anchas. Es agitada pero hay espacio para respirar y lugares con sombra para descansar. Se siente que hay un orgullo colectivo de la comunidad local por mantener su pueblo natal relajado y habitable.

Pero como muchos de los centros urbanos de Vietnam – particularmente en el extremo sur del país y específicamente alrededor de la estación lluviosa – el espectro del dengue acecha como una larga sombra.

Nguyen Thi Thanh Binh ha vivido allí toda su vida. Ella habla del generoso espíritu de su comunidad, de cómo su calle está mejor mantenida que otras, y sobre el banh beo salado y la ensalada de pollo y mangostán que su pueblo ha hecho famosos.

Dos veces por mes les pedimos a los residentes de aquí que limpien alrededor de sus casas y calles”, dice. “Incluso tenemos gente del gobierno que viene a verificar que todo esté limpio. ¡Y no queremos que nos digan que nuestro barrio es un desorden!”
Nguyen Thi Thanh Binh
Líder Residencial
Ms Binh

Pese a los esfuerzos de los locales, el barrio está lleno de lotes vacíos y sitios de construcción que ofrecen un terreno ideal para que los mosquitos proliferen. Como líder comunitaria y defensora de su área residencial, la señora Binh sabe que sus vecinos hacen lo que pueden para mantener los números bajos. Pero los mosquitos son notoriamente difíciles de controlar.

“Cualquier mosquito aquí carga el peligro de transmitir la fiebre del dengue. Si te llegan a picar, estás vulnerable”, dice.

Empleando todas las medidas

Durante el último año, uno de los centros de salud locales trató 220 casos de dengue. Este año, los números han sido bajos, posiblemente debido al menor movimiento de gente que busca protegerse del COVID-19. Pero también, la estación lluviosa no ha llegado aún.

Hace siete años, Nguyen Van Hai se mudó del campo a la cómoda casa de su tía en Thu Dau Mot, sobre una de las muchas callejuelas serpenteantes y tranquilas. Su padre enfermo no podía conseguir el tratamiento médico que necesitaba, así que la familia se mudó a donde sabían que tendrían mejor acceso a servicios de salud y escuelas. Él trabaja en la ciudad de Ho Chi Minh, y, viajando en motocicleta tres horas por día, regresa a casa a tiempo para ayudar a acostar a sus dos hijos pequeños.

Hace un par de meses, el señor Hai y su esposa contrajeron dengue.  

Fue muy, muy terrible”, recuerda. “Primero se contagió mi esposa. Tuvo 40 grados de fiebre. Estaba cansada. Ya no podía comer. El primer día sentía mucho frío. Como puedes ver, el tiempo aquí es caluroso pero ella sentía mucho frío. Pensó que se había resfriado.” 

Es una confusión común entre las personas que han contraído el virus. Muchos resistirán los síntomas en casa así que el número de casos tratados no llega a representar el número real de personas que tienen la enfermedad. Pero al tercer día con fiebre, Hai llevó a su esposa al hospital.

Nuestro bebé es muy pequeño, aún se alimenta de su madre. Pero mi esposa no comía. Recuerdo un día que le dimos la medicina seis o siete veces para tratar de bajarle la fiebre, pero era demasiado. Y la fiebre no bajaba. Eso nos preocupaba. Sabíamos que era peligroso, potencialmente mortal si no íbamos al hospital. Toda la familia nos trasladamos al hospital. Tomamos una habitación privada. Era carísimo pero no teníamos opción.”

Dos semanas después, Hai contrajo dengue también.

“Después de cuatro días me siento muy, muy caliente por dentro. Me siento terrible. Tomando medicina para bajar la fiebre. Pero no es suficiente. No puedo dormir más que unas pocas horas diarias. Los doctores vinieron a revisar el fluido en mi cuerpo. Más tiempo fuera del trabajo. Por suerte, pude usar mi licencia anual. Me preocupa que los niños se infecten. La sensación es terrible, sé que es una sensación que los niños no pueden experimentar. Es por eso que intento lo más que puedo mantener a los mosquitos lejos de mis hijos”.
Nguyen Van Hai
Residente de Thu Dau Mot
Mr Hai

Una amenaza que no discrimina

El dengue es la enfermedad tropical de más rápido crecimiento en el mundo. Todas las regiones tropicales del mundo son vulnerables. Y esas regiones tropicales se están expandiendo debido al cambio climático. Según la Organización Mundial de la Salud, casi la mitad de la población del mundo está en riesgo de contraer dengue.

Al mosquito Aedes aegypti, el mayor responsable de transmitir virus como el dengue, le gusta estar donde vive la gente. Esto implica que algunas de las ciudades más densamente pobladas del mundo son caldo de cultivo para la expansión de las enfermedades que transmiten.

En Vietnam, el dengue es endémico a través de la región sur y la costa central. En promedio, se registran más de 90 mil casos por año, 70% de los cuales son en el sur. Pero cientos de miles de casos más permanecen sin detectar. Para algunos, los síntomas pueden ser graves y el dengue no discrimina entre rico o pobre, joven o viejo.

La Dra. Huynh Trung Trieu es Jefa Adjunta de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital para Enfermedades Tropicales de la ciudad de Ho Chi Minh. De los tres a cuatro mil niños que llegan al hospital para su tratamiento, alrededor de cuatrocientos experimentarán shock y requerirán cuidados intensivos bajo la supervisión de la Dra. Trieu.

Dr Trieu
Créditos fotografía: Pearl Gan para The Lancet

“Cuando un paciente llega a la UCIP con shock, es difícil explicarle a la familia inmediatamente cómo es de grave y predecir el resultado", dice la Dra. Trieu.

“Siempre están muy preocupados. Tenemos que pedirles a los padres que dejen a sus hijos en cuidados intensivos y esperar fuera de la unidad. Ellos están en lágrimas y tengo que pedirles que confíen en mí, que voy a cuidarlos e informarles sobre el progreso. Es duro si tengo a 15 niños en shock en una noche. Tengo que explicar rápido que si no oyen de nosotros es que el niño está bien. Pero que si se ponen más graves los voy a llamar”.

Los pacientes de la Dra. Trieu reciben una cantidad meticulosamente administrada de fluido. Saber cuándo darles más, cuándo darles menos y cuándo parar tiene algo de arte. La vasta mayoría de los casos se recuperarán, pero si el niño fue ingresado demasiado tarde puede haber daños orgánicos significativos y el niño puede morir.

“No mueren inmediatamente como en un paro cardíaco. Con el shock no ocurre así. Entonces tenemos que ir explicándole a la familia para tratar de ayudarles a aceptar la situación. Si sales y les dices “su hijo va a morir” nadie te creerá. No pueden aceptar que su hijo ha muerto después de tan sólo unos días con fiebre. Por eso la sensación de ver a un paciente dado de alta es más valiosa que cualquier otra cosa para un médico".

Si sales y les dices “su hijo va a morir” nadie te creerá. No pueden aceptar que su hijo ha muerto después de tan sólo unos días con fiebre".
Dra Trieu

Un nuevo amanecer

El World Mosquito Program ha estado trabajando en Vietnam desde 2006.

Las primera pruebas del método Wolbachia han tenido lugar cerca de Nha Trang, unos 400 km al norte de la ciudad de Ho Chi Minh en la costa central. Los datos más recientes son promisorios con muchos menos casos de dengue registrados en áreas donde los mosquitos Wolbachia han sido liberados.

Nha Trang bike

Mientas continúa el monitoreo en esta región, existen planes para comenzar a implementar el método en My Tho en el extremo norte del Delta del Mekong y en Thu Dau Mot. En sociedad con el Instituto Pasteur, Acción Sobre la Pobreza y con el apoyo del gobierno local, la primera fase del desarrollo se enfocará en la participación comunitaria. Sólo cuando las comunidades estén listas y e involucradas, la primera liberación tendrá luz verde para avanzar. Es aquí donde líderes comunitarios como la señora Binh y residentes como Hai juegan un rol crucial.

“El programa tiene aprobación del departamento de salud y es por eso que confiamos en él”, explica la señora Binh. “Necesitamos creer en el departamento de salud pública si queremos los mejores resultados para nuestro país”.

Hai, quien ha estado siguiendo el progreso del método Wolbachia por algún tiempo, expresa el mismo apoyo.

“Este método de usar el mosquito contra el mosquito es una muy buena idea. Especialmente en lugares donde el sistema de salud no es tan bueno. Aquí en las ciudades tenemos más acceso al tratamiento para el dengue pero en algunos lugares es muy difícil llegar al hospital y no tienen el dinero para el tratamiento. Es muy emocionante no sólo para mí y mi familia y mis vecinos, sino para toda la gente en Vietnam”.

Hai sabe que no todos sus vecinos gozan del lujo de una licencia anual o tienen el dinero para pagar una habitación de hospital. Él entiende la carga que una familia como la suya puede soportar cuando la fiebre se apodera de ella. Cuelga redes sobre las camas en cada habitación de su casa, revisa los baños en busca de intrusos diminutos y ruega que sus dos pequeños hijos permanezcan libres del sufrimiento que una sola picadura puede traer.

 

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