Brasil es famoso por su futbol, el bossa nova, su carnaval… por la energía de su gente y el paraíso que compone la selva amazonas y las ciudades cosmopolitas, como San Pablo y Brasilia.
Es, también, el primer lugar donde el World Mosquito Program se instaló en territorio americano, en 2012, por ser el país con mayor número de casos de dengue, con un sistema de salud que recibe el impacto de enfermedades transmitidas por los mosquitos Aedes aegypti y donde la comunidad estuvo abierta a recibir y participar con las acciones del WMP.
Las etapas de involucramiento con la comunidad y el estudio de los mosquitos en Rio de Janeiro y Nitéroi tomaron dos años y, fue hasta 2015 que se liberaron los primeros mosquitos Aedes aegypti con Wolbachia. A la fecha, se ha alcanzado a más de 94.358 mil personas que habitan la zona y, según mediciones recientes, ha habido una reducción del 65% en casos de dengue en Nitéroi.
El equipo local del WMP creó una serie de videos donde tocan temas de salud pública, acción comunitaria y resultados obtenidos en conjunto con los organismos gubernamentales. Como voluntario del proyecto, el señor Jair Aldy apareció en uno de estos videos. Él, junto con centenas de brasileños, dio albergue a una trampa para mosquitos en su casa.
El señor Jair habla de forma directa y amena, dejando ver lo sencillo que le parece ser parte de la comunidad del WMP; desde el inicio, nos hace sentir bienvenidos en su hogar, ubicado en la Isla del Gobernador (Rio de Janeiro).
“Yo tuve dengue… fue una enfermedad donde me sentí totalmente debilitado, una dolencia atroz en todo el cuerpo, así que cualquier cosa que se pueda hacer contra esta enfermedad es bienvenida”, afirma con resolución.
Me enteré del proyecto y le di seguimiento porque lo encontré muy interesante para beneficio de la comunidad. Vi toda la campaña y finalmente me acerqué a participar."
Las acciones del WMP en Brasil han avanzado gracias al apoyo de la comunidad y de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), que recibe financiamiento del Ministerio de Salud del país y en colaboración con los gobiernos locales, entre los que se cuentan Rio de Janeiro, Niterói, Campo Grande, Belo Horizonte y Petrolina.
“La ayuda que nos piden -como albergadores de trampas en casa- para colaborar en el éxito del proyecto es realmente muy poca. La cantidad de personas que ya se involucraron antes es impresionante y sólo basta nuestra buena voluntad para que se consigan resultados favorables… es una cuestión de lógica y acción comunitaria”.
Después de las liberaciones de mosquitos con Wolbachia, se inicia el proceso de monitoreo. Es aquí cuando se solicita a un cierto número de habitantes que hospeden las trampas para mosquitos en sus casas y establecimientos comerciales donde ellos también son dueños. El monitoreo nos permite determinar la presencia de los mosquitos con Wolbachia en el ambiente y, con ello, medir el éxito de las liberaciones.
El señor Jair representó una mano de ayuda para avanzar en otros territorios brasileños, gracias a los buenos resultados de Rio de Janeiro y al apoyo constante de toda la comunidad. Sus acciones de buena voluntad y el ejemplo que dio a su vecindario lo convierte en un héroe para nosotros.